De Christchurch a Invercargill en viaje redondo

Durante buena parte de su historia Christchurch ha tenido la reputación de ser una ciudad imponente y chapada a la antigua; una versión de Inglaterra en las antípodas. Pero el terremoto del 2011 en Christchurch lo cambió todo, al destruir mucha de la infraestructura de la ciudad y disparando un enorme esfuerzo de reconstrucción que ha transformado el rostro de la ciudad en algo fresco y maravilloso.
 

Christchurch

A pesar de que el terremoto tuvo un enorme impacto en las vidas cotidianas de los habitantes de Christchurch, lejos de desanimarse y rendirse, los residentes han puesto su alma y su corazón en la reconstrucción y la revigorización de Christchurch. Usted puede ver este espíritu de innovación y renovación en los cafés y bares espontáneos, en los centros comerciales construidos en contenedores y en su amorosamente elaborada catedral de cartón. Pero quienes regresen a Christchurch después de muchos años descubrirán que, a pesar de todos los cambios, hay cosas que ni siquiera un terremoto es capaz de alterar. El navegar en una chalana por el tranquilo Río Avon en una cálida tarde es todavía una manera segura de escapar a la locura del mundo y restaurar un poco de tranquilidad en su alma; además, los Jardines Botánicos de Christchurch son igual de adorables como siempre.
 
Si lleva con usted a la familia, uno de los lugares que de verdad necesita visitar es el Centro Internacional de la Antártica: aquí hay algo que llamará la atención de todas las edades, desde darse una idea de cómo era la vida de los primeros exploradores de la Antártica hasta acercarse a los pequeños y adorables pingüinos azules. Incluso las exhibiciones interactivas son una manera genial de aprender más sobre este continente desconocido, su vida salvaje y los hombres y mujeres que lucharon por conquistarlo.
 
Si se trata de atracciones de Christchurch con una atracción más amplia, una muy popular con los amantes de la naturaleza y con las familias es el parque de vida salvaje Orana Wildlife Park. Este no es un zoológico común y corriente, sino un lugar en el cual los visitantes tienen la oportunidad de admirar a los animales exóticos en un ambiente que reproduce su hábitat natural. Tome una caminata en el lado salvaje a través de la Reserva del León, alimente con sus propias manos a una jirafa y vea a un grupo de gorilas en su vida diaria: estos son solo algunos de los maravillosos encuentros que tendrá en el Orana Wildlife Park. Y aunque a los niños les encantará esta experiencia alterna en la vida salvaje, no solo es para ellos: cualquiera que tenga un sentimiento de admiración y apreciación por las glorias del mundo natural encontrará en Orana algo que permanecerá con ellos por muchos años.
 
A pesar de lo fácil que puede ser pasar varias semanas explorando los secretos que encierra esta ciudad (en verdad que hay un montón de cosas por hacer en Christchurch), llegará el momento de recoger su camioneta camper de alquiler en Christchurch para comenzar su épico viaje.
 

Ashburton

La ciudad agrícola de Ashburton se encuentra a un viaje directo de hora y media al sudoeste por la Autopista Estatal 1. Cuando el día está soleado, el lago cercano Hood es un próspero centro para los deportes acuáticos de todo tipo: natación, navegación en yate, paseos en barco y esquí acuático. Todos estos son pasatiempos populares en este idílico lago ¡así que no se olvide de empacar su traje de baño! Si usted es de los que creen que la naturaleza y los paisajes son algo lindo, pero que encuentra el gozo verdadero en la búsqueda de emociones, Skydiving Kiwis puede volver realidad su sueño de adicto a la adrenalina: sienta la ráfaga de una caída libre a 200 kph por encima de las majestuosas planicies de Canterbury. Solo le llevará de 5 a 10 minutos de adiestramiento antes de estar listo para un salto tándem en paracaídas: muy pronto estará hablándole al viento y sumergiéndose de vuelta a la tierra.
 
El Museo de la Aviación de Ashburton bien vale la pena para una opción más sedentaria. Incluso aquellos que no sean aficionados a la aviación disfrutarán de un fascinante vistazo al pasado en esta impresionante colección atendida por apasionados voluntarios.
 
Cuando esté listo para dejar Ashburton, le tomará menos de dos horas en carretera para llegar al impresionante pueblito de Tekapo.

El aislamiento es una sensación poderosa y a menudo no es bienvenida, pero cuando se añade a la dolorosa belleza de la campiña que rodea a Tekapo se convierte en un conmovedor recordatorio de cuán pura es esta parte de Nueva Zelanda. Astronomía, paseos a caballo, baños en aguas termales... hay un poco de algo para todos en este pequeño pueblo.
 

Tekapo

Si hay una imagen que ejemplifica lo que se trata el pequeño pueblo de Tekapo es la rústica Iglesia del Buen Pastor, la cual se encuentra a las orillas de las azules aguas del lago Tekapo. Esta es la atracción más famosa de Tekapo, por lo que si está planeando visitarla, intente llegar temprano por la mañana para evitar a los grupos de turistas que llegan en un autobús tras otro a lo largo del día. No necesita ser religioso para deleitarse con la hirsuta majestad tallada de esta vieja iglesia de cantería, y el lugar en el que está construida es aún más especial que la iglesia en si. Quienes la visitan pueden asomarse por la ventana construida especialmente para gozar de una vista de otro mundo con la magnificencia del lago y de la montaña.
 
El hecho de que Tekapo esté tan alejado de otros centros lo convierte también en un destino de clase mundial para la astronomía: cuando decimos de clase mundial, lo decimos en serio. Toda el área alrededor del pueblo ha sido nombrada Reserva de Cielos Oscuros por la UNESCO, y el Observatorio Universitario Mount John que se encuentra cerca de ahí realiza recorridos para aquellos que desean tener una vista aún más clara de los cielos.
 
Es probable que se encuentre un poco adolorido después de esta primer parte de su jornada: es un buen tramo de camino desde Christchurch hasta Tekapo. Si siente que sus músculos necesitan de un poco de atención, Tekapo Springs son un buen lugar para visitar: no solo tienen una selección de piscinas de aguas termales para remojar los dolores, sino que también hay un spa en el lugar para que pueda consentirse mientras mira el pintoresco Lago Tekapo. Es además un lugar grandioso para los niños, pues en el verano Tekapo Springs ofrece el tobogán inflable más grande del mundo y durante los meses más fríos presenta una pista de patinaje en hielo.
 
Aquellos que prefieran explorar este paisaje salvaje pueden optar por un paseo a lomo de caballo a través de la campiña Mackenzie. Ya sea que busque un viaje corto de menos de una hora o una larga odisea de varios días que le lleve hasta el centro de la Isla Sur que la mayoría de las personas nunca podrá conocer, esta es una extraña oportunidad para sumergirse en los duros encantos de este país indómito.
 

Twizel

A tan solo 45 minutos a carretera desde Tekapo descubrirá el pueblo de Twizel. Este pequeño y pintoresco asentamiento alcanzó cierta fama cuando protagonizó las locaciones de la gigantesca Batalla de los Campos del Pelennor en la tercer película de El Señor de los Anillos, del cineasta neozelandés Peter Jackson. El turismo es ahora una industria importante para el pueblo, y si usted es un cinéfilo o fanático de El Señor de los Anillos, entonces no querrá perderse el recorrido OneRing que lo lleva desde la estación de ovejas donde se filmó la batalla. Pero aunque no conozca la diferencia entre Hobbits y Haradrim, el recorrido del crepúsculo (solo para adultos) podría valer la pena: después de todo, ¿quién rechazaría una cerveza, vino y tentempiés mientras mira ponerse el sol sobre un espléndido paisaje?
 

Cromwell

A menos de dos horas al sur por la Autopista Estatal 8 se encontrará con Cromwell, uno de los muchos pueblos fundados en el siglo XIX para aprovechar la fiebre del oro de Nueva Zelanda. Hoy en día el tesoro del pueblo radica más en su abundante cosecha de frutas con hueso que en el oro, pero los visitantes pueden aún sentir el ambiente de esos emocionantes días en los que volverse rico parecía estar a la vuelta de la esquina. Tome un recorrido por un viejo pueblo minero chino o pruebe su suerte buscando oro en el río. Si las reliquias de la búsqueda del oro no son en realidad lo que le apetece, también existen varias bodegas excelentes en el área, pero si planea dirigirse de inmediato a Queenstown quizás tendrá que dejarlas pasar.
 
Una vez que deje atrás los viejos campos de oro de Cromwell, le quedará menos de una hora antes de que llegue al legendario centro turístico de Queenstown.

Es difícil encontrar en la Isla Sur un rincón que no sea bello, pero el hecho es que la tierra alrededor de Queenstown sobresale en una categoría aparte. La cadena montañosa de The Remarkables se eleva de manera abrupta y majestuosa desde la tierra mientras que el Lago Wakatipu se extiende, profundo y como un espejo, ante la ciudad. Eso sin mencionar los encantos de la ciudad en si.
 

Queenstown

La ubicación de Queenstown es casi mítica en su belleza escénica, pero por supuesto la ciudad en si tiene una reputación estelar para igualar a su entorno. Conocida internacionalmente como la Capital Mundial de la Aventura, este es un lugar que le permite llegar al límite o consentirse con una relajación de primera: la opción que escoja depende por completo de usted. Ya sea que descienda por las pendientes de esquí en Cardrona o Coronet Peak, se relaje con una buena bebida en uno de los muchos bares boutique de Queenstown o se arroje desde un ancho barranco con solo una cuerda de goma para salvarlo, este es un lugar que lo deleitará con la experiencia vacacional de sus sueños. De hecho, muchos deciden comenzar su viaje aquí, al volar al aeropuerto de Queenstown antes de recoger una camioneta camper de alquiler en Queenstown antes de dirigirse a explorar la parte inferior de la Isla Sur.
 
¿Cómo fue entonces que Queenstown alcanzó esta reputación como Capital Mundial de la Aventura? Lo que hace a esta ciudad tan excepcional es una combinación de calidad y variedad cuando se trata de experiencias emocionantes. Queenstown tiene algo para usted, ya sea que se trate de un veterano en el negocio de la adrenalina o que solo intente algo un poco fuera de su zona de confort. Hay muchas formas de poner a latir aceleradamente a su corazón, aunque una de las actividades de aventura más representativas de Queenstown es el puentismo. Queenstown brinda un buen número de opciones de puentismo de dónde escoger, pero un par de ellas sobresalen del montón. The Ledge es algo único, ya que es uno de los pocos lugares en el país en donde puede practicar el puentismo de noche. ¿Se le antoja un salto vertiginoso en la más completa oscuridad? Este lugar es para usted. El otro sitio que vale la pena considerar es Nevis Bungy: este es el lugar de puentismo más alto en el país y ofrece a los intrépidos buscadores de emociones más de ocho segundos completos de caída libre. Con tanto tiempo para acostumbrarse a la sensación de caída, quienes saltan en Nevis Bungy tienen la oportunidad de apreciar los alrededores y de disfrutar de la emoción de planear en un espacio vacío. Por supuesto, si todo esto no es suficiente para usted, el paracaidismo es otra opción popular: es la manera perfecta de combinar vistas escénicas sin igual con las emociones del punto máximo en su adrenalina. Aun si no es aventurero y prefiere disfrutar de algo más a nivel del mar, Queenstown tiene mucho qué ofrecerle. Bote jet, surf en el río, rafting en los rápidos... hay mucho con qué saciar su apetito de emociones.
 
No es siempre fácil llevar con usted a los niños en unas vacaciones en autocaravana, pero aquí hay mucho con qué entretenerlos, sin importar cómo esté el clima en Queenstown. Un favorito en particular para las familias (y para cualquiera que se haya enamorado con la vida salvaje única de este país) es el parque Kiwi Birdlife Park. Esta es su oportunidad para admirar de cerca al huraño animal nacional, el adorable y rizado pájaro kiwi de pico alargado. Estas aves son criaturas nocturnas, pero gracias a los hogares construidos especialmente para los kiwis, los cuales transforman el día en oscuridad, usted podrá ver lo que hacen estas aves cuando andan de un lado para el otro. No se olvide preguntar al staff sobre el horario de alimentación: este es siempre el preferido de los niños. Pero no solo encontrará kiwis en el parque: hay docenas de especies nativas de aves que consideran a este lugar como su hogar, así como la Tuatara, un antiguo reptil que paseaba por los bosques de podocarpáceas  de Nueva Zelanda desde los tiempos en que la tierra todavía estaba unida a Gondwana.

Si los niños se ponen algo inquietos y necesitan hacer algo para quemar ese exceso de energía, vale la pena echar un vistazo al Alpine Aqualand en el Centro de Eventos de Queenstown. Esta es una opción particularmente atractiva si pasa por ahí en domingo, ya que los niños gozarán de actividades especiales y de una carrera con obstáculos inflables gigantes durante cuatro horas a partir de mediodía.
 
En ocasiones lo único que se busca en un lugar de vacaciones es la capacidad de relajarse y de olvidarse de todas sus preocupaciones en un entorno divertido y sereno: es cierto que Queenstown no decepciona a este respecto. Gracias a un flujo constante de pudientes turistas internacionales que pasan por la ciudad, los restaurantes y bares que hay aquí tienen estándares muy altos. Ya sea que esté buscando la mejor experiencia gastronómica que pueda comprar el dinero o algo que simplemente llene el estómago y haga felices a sus papilas gustativas, seguro hay un lugar para usted en Queenstown. Esta es una ciudad que conoce sobre comida excelente: desde las mejores hamburguesas del país en Fergburger hasta las lujosas y elegantes ofertas de Botswana Butchery.
 
Es además un excelente destino para quienes gocen de la fiesta: es verdad que la vida nocturna de Queenstown es algo especial. Quienes aún no han visitado un bar de hielo (así es, todo el interior del bar está esculpido en hielo) deben en definitiva probarlo, aunque solo sea por la novedad. Existen además muchos lugares diferentes en donde puede relajarse en un entorno discreto con una buena bebida, ya sea un cóctel, cerveza, vino o bebida espiritosa. De otra forma, si busca algo un poco más ruidoso y social, diríjase a uno de los clubes nocturnos de Queenstown y pronto se encontrará bailando hasta el amanecer rodeado de personas de todo el mundo.
 
Queenstown es el tipo de lugar que podría capturar fácilmente su corazón y hacerlo quedarse para siempre, pero hay más cosas por ver y por hacer, así que llegará el momento en que deba desprenderse de este hermoso lugar. Pero no se lamente demasiado: las maravillas que le esperan en su viaje compensarán su partida de este extraordinario lugar.

Hay varias maneras diferentes de ir desde la capital de Southland hasta la ciudad universitaria de Dunedin, pero se dice que hay una superior a todas las otras. Para aprovechar al máximo este primer tramo de su viaje, tome la ruta que rodea en línea a la costa sudeste, pasando a través del paisaje conocido en todo el mundo de The Catlins antes de tomar rumbo al norte para hacer una línea recta hacia su destino final.
 

Invercargill

Invercargill es una de las ciudades más meridionales en el mundo, la cual conserva aún el encanto del viejo mundo de una época más sencilla. Aquellos que busquen cosas por hacer en Invercargill antes de tomar carretera tendrán algunas opciones abiertas. Los aficionados a las carreras pueden dar una vuelta en E Hayes and Sons Hardware para echar un vistazo a la motocicleta original Indian Scout que Burt Munro (inmortalizado por Anthony Hopkins en "Burt Munro: un sueño, una leyenda") condujo para establecer un récord de velocidad en tierra en las planicies de sal de Bonneville, Utah, en 1967, a los 68 años de edad. Para quienes estén a favor de una o dos cervezas, el recorrido a la cervecera Invercargill Brewery es una visita obligada. Desde sus orígenes como una empresa entre padre e hijo en un garage, la cervecera ha creado hasta ahora una gama de cervezas sureñas ganadoras de premios: este recorrido ofrece un buen par de horas de degustaciones, un vistazo detrás de las cámaras e historias grandiosas. Si quiere salir y disfrutar de un poco de aire fresco, Queens Park es el lugar perfecto para ello: los extraordinarios jardines y los colores de las estaciones cautivarán a quienes tengan una inclinación por los espacios verdes.
 

The Catlins

Cuando esté listo para dejar Invercargill, tome Scott Street para salir de la ciudad hasta que se una a la autopista Gorge Road Invercargill. A un poco más de media hora de la ciudad pasará por el pequeño pueblo de Fortrose con su gigantesca estatua de Pukeko: esta marca el inicio de su viaje a The Catlins. ¿Qué son exactamente las famosas Catlins? The Catlins es un hermoso y salvaje trecho de campiña caracterizado por accidentadas costas y densos bosques lluviosos primitivos: no va a querer apresurarse por su paso por esta región; tómese su tiempo y descubrirá tesoros ocultos en el camino.
 

Curio Bay (Bahía Curio)

Curio Bay es un verdadero tesoro: tome una corta desviación hacia el sur para encontrar un bosque de árboles fosilizados que datan del período Jurásico, los cuales estaban vivos cuando Nueva Zelanda era todavía parte de Gondwana. Puede admirar mejor al bosque cuando la marea está baja y desde una plataforma a unos 5 minutos de distancia caminando desde el estacionamiento. Como si esta antigua maravilla no fuese suficiente, si tiene suerte podrá observar por la tarde a uno de los raros pingüinos de ojos amarillos cuando vuelven a la playa después de pasar el día en el mar. Si planea realizar su viaje durante el verano, asegúrese de hacer la caminata corta hasta Porpoise Bay, en donde los delfines de Héctor pueden ser vistos a menudo pasando su tiempo en las olas.
 

Cascadas Purakaunui

Las Cascadas Purakaunui, a más o menos una hora desde Curio Bay, valen también la pena la visita: esta cascada de tres niveles es uno de los iconos más reconocidos de la región e incluso fue parte de una estampilla postal allá en los años 70.
 
Cuando logre por fin decirle adiós a The Catlins, Balclutha le estará esperando. Este pueblo tranquilo es el lugar ideal para estirar las piernas y tomar un café antes de continuar por la Autopista Estatal 1 hacia el norte para completar el último tramo de su camino, un agradable paseo de una hora hacia Dunedin.

Este tramo de su viaje es sobre todo diverso: usted tiene la oportunidad de visitar el único castillo de Nueva Zelanda, tomar un recorrido a una fábrica de chocolates, avistar lobos marinos y pingüinos de ojos amarillos a los pies de un faro del siglo XIX e incluso encontrarse en un bosque tropical hecho por el hombre.
 
 
Dunedin

El viaje para llegar a Timaru no es largo ni demandante, así que asegúrese de investigar lo que puede hacer en Dunedin antes de ponerse en marcha. Esta es una ciudad universitaria (la institución en cuestión es la Universidad de Otago, el lugar en donde se entrenan los jóvenes y más brillantes estudiantes de medicina) y presenta la arquitectura victoriana y eduardiana mejor conservada en el hemisferio sur: aquí se encuentra además el único castillo de Nueva Zelanda. El Castillo Larnach vale la pena la visita: esta imponente mansión victoriana y sus jardines están abiertos al público durante los horarios de oficina. Necesitará reservar con anticipación un recorrido guiado de este castillo supuestamente encantado, pero si solo desea echar un vistazo, puede llegar y pagar el costo moderado por la admisión y disfrutar de la atmósfera de este imponente edificio y de la belleza de los Jardines del Castillo Larnach, uno de los cinco jardines de Nueva Zelanda que han sido declarados como "Jardines de importancia internacional'.

Para quienes enloquecen por el chocolate, seguramente se sentirán atraídos por Cadbury World en Dunedin. Tome el recorrido guiado de 75 minutos para gozar de la experiencia completa, incluyendo un vistazo al proceso de fabricación (¡incluyendo por supuesto las muestras!) o, si tiene poco tiempo, existe una opción más corta de 45 minutos que se ofrece los fines de semana y días festivos. De cualquier forma, tendrá una nueva apreciación por las golosinas cremosas de Cadbury, sin mencionar la satisfacción de sus dulces antojos.
 
El Museo Otago es también una opción popular para los visitantes a Dunedin: lejos de ser una polvorienta colección de antigüedades, presenta un bosque tropical viviente con un miniecosistema: mariposas exóticas, aves, peces y tortugas que habitan este pequeño trozo de los trópicos. Con una temperatura constante de 28 grados, podemos decir que es la atracción más caliente de Dunedin.
 

Katiki Point

Sin embargo, llegará el momento de abandonar la ciudad y continuar su viaje hacia el norte. Durante buena parte del camino estará viajando muy cerca de la costa, y pasará por impresionantes playas de arena blanca que le darán la oportunidad perfecta de ver de cerca algo de la vida salvaje única de Nueva Zelanda. En definitiva querrá detenerse en Katiki Point, a una hora y media de Dunedin: podrá apreciar en las rocas a los pingüinos de ojos amarillos y a los lobos marinos, cerca del faro Kaitiki construido en el siglo XIX y a la vuelta de la esquina están los peñascos conocidos como Moeraki Boulders, un grupo de rocas inusualmente grandes y esféricas de las que las leyendas maoríes dicen ser los restos del naufragio de una ancestral canoa.
 

Oamaru

El pueblo de Oamaru se encuentra a una corta distancia de Moeraki. Los apasionados de la historia quedarán enamorados del precinto victoriano, mientras que aquellos con una inclinación más caprichosa deberán visitar Steampunk HQ, una innovadora exhibición de arte sci-fi retro-futurista, películas, esculturas y experiencias envolventes de luz y sonido: el ilusionismo mental basado en luces del Time Portal es un atractivo en particular.
 
En este punto quizás sea hora de consentirse con una deliciosa comida: si tiene ganas de gastronomía elegante, a tan solo 20 minutos al norte de Oamary se encuentra el premiado Riverstone Kitchen, un lujoso restaurante con un fuerte enfoque en el cultivo de sus propios ingredientes y en obtenerlos también de productores locales. Le recomendamos mucho hacer su reservación si planea cenar aquí. Cuando haya satisfecho su apetito, cruce el río Waitaki para el trayecto escénico de 45 minutos a lo largo de la costa hasta Timaru.

Su viaje está a punto de terminar, pero antes de que sea momento de entregar las llaves de su autocaravana de alquiler, le esperan algunas experiencias increíbles. Quizás le interese la historia, disfrute de jugar en las olas o tenga ganas de participar en un buen carnaval: en cualquier caso, seguro hay algo para usted en este último trayecto.
 
 
Timaru

Timaru es la segunda ciudad más grande de la región de Canterbury y sirve como puerta de entrada a algunos de los lugares más hermosos en toda la Isla Sur. Para echar un vistazo al pasado puede tomar el recorrido en donde descubrirá el antiguo arte Maori en roca. Es esencial reservar con anticipación, pero bien vale la pena planearlo pues podrá participar de una rara experiencia en las vidas y culturas de los primeros habitantes del área. Los monstruosos taniwha de las leyendas maoríes, el majestuoso moa y el intimidante pouakai (águila gigante): todos ellos están representados en esas pinturas, las cuales se remontan a entre 700 y 1000 años atrás. Todos los ingresos que se perciben en los recorridos van a la conservación de estos taonga (tesoros culturales).

Si no tiene tiempo para tomar el recorrido de 3 horas, diríjase a Caroline Bay, la playa más popular en la Isla Sur. Este lugar es muy apreciado para nadar y se encuentra rodeado de un parque muy bien conservado. El parque alberga además un carnaval anual en el verano, un evento tradicional y apto para las familias en donde encontrará atracciones, juegos y conciertos gratuitos.

Si bien Caroline Bay es un lugar grandioso cuando brilla el sol, si el tiempo no es tan bueno entonces el Museo South Canterbury es una opción mucho más apropiada. Algunas de las atracciones principales incluyen reliquias de los primeros cazadores maoríes moa y una réplica de la aeronave diseñada y construida por Richard Pearse, un aviador local: se cree que quizás logró superar a los hermanos Wright al lograr completar un vuelo tripulado a principios del siglo XX.
 
Desde Timaru el camino es recto por la Autopista Estatal 1, cruzando las planicies de Canterbury de vuelta a Christchurch, el lugar en donde comenzó su aventura. Aunque su viaje ha terminado (¡por ahora!) no hay duda que los recuerdos de su viaje permanecerán con usted por muchos años más, y que podrían inspirarlo a reservar una vez más una camioneta camper de alquiler en la Isla Sur para ponerse en camino por las carreteras serpenteantes de "la propia tierra de Dios".